No hace falta ser científico para darse cuenta del terrible daño que se le está haciendo al planeta. Lo vemos claramente en el tiempo, en el agua, los océanos, los bosques, incluso en el aire que respiramos. Muchas personas se preguntan ¿qué será de la tierra?
El aire; Una mezcla de gases que son vitales para nuestro planeta. No solo necesitamos el aire para respirar, sino para que nos siga protegiendo de las radiaciones dañinas del sol. Además, si aire, las temperaturas serían tan bajas en todo el mundo que nos congelaríamos.
Los bosques; A los bosques se les llama los pulmones de la Tierra, y con razón, pues son vitales para la vida. Los arboles absorben el dióxido de carbono, letal para nosotros, y producen oxígeno que necesitamos para vivir. Y el 80% de la vegetación y los animales viven en los bosques.
Los océanos; No solo nos dan gran parte de los alimentos que comemos, también nos dan oxígeno, compuestos para hacer medicamentos, absorben las emisiones de carbono y regulan el clima, entre otras muchas cosas que son necesaria para la vida.
El agua dulce; Todos sabemos que sin agua, no habría vida en la Tierra. Todos los seres vivimos estamos compuesto principalmente de agua. Y Cada vez el agua está más contaminada y es más difícil de conseguirla. Esto se debe al cambio climático y que estamos malgastando más y más agua.
El egoísmo, la falta de acuerdos, la mano del hombre y algunas causas más, están trastornado los ciclos estacionales. Ahora pasamos de mucho calor a mucho frio. Ese trastorno provocan desastres naturales; inundaciones, sequías, tornados, tsunamis, incendios, entre otros.
En definitiva, estamos llevando al planeta al borde. Es bien conocido que la Tierra fue creada para autosanearse a sí misma. Pero el hombre no le da tiempo para que esos procesos naturales hagan su gestión. ¿Quiere decir eso que no hay solución?
La hay, pero no de mano del hombre. Fíjese lo que Dios dijo en su palabra: “[voy a] destruir a los que están destruyendo la tierra” (Apocalipsis 11:8).